Estas directrices, contienen principios y normas de carácter no vinculante para una conducta empresarial responsable
(2), constituyen el único código de conducta empresarial responsable, exhaustivo y acordado multilateralmente, que los gobiernos se han comprometido a promover, ya que expresan los valores de países que dan origen a una gran parte de la inversión extranjera directa y que son sede de muchas de las empresas multinacionales de mayor envergadura.